Marketing de contenidos: cuatro fases de una buena estrategia
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El marketing de contenidos consiste en la generación de textos de alta calidad y valor. Tienen como objetivo llamar la atención de lectores y potenciales clientes. Esto nos generará tráfico, nos posicionará como expertos en una determinada materia y permitirá que generemos negocio a raíz de la demostración, a través de la creación de contenidos, de que somos expertos en una determinada materia.
Fases para una buena estrategia de marketing de contenidos
- Lectura y análisis de diversas fuentes de información. Lo primero que debemos hacer para centrar una buena estrategia de marketing en este ámbito es recoger y organizar toda la información que esté a nuestro alcance, dentro del sector en el que pretendamos destacar. Internet es una gran fuente de datos. Debemos ser capaces de discernir cuáles son los que realmente generan interés a nuestros potenciales clientes, y cuáles nos van a posicionar como expertos en una determinada materia. En esta fase también habrá que diferenciar la fiabilidad de las fuentes. Necesitaremos una especie de documentalista que debe, además, estar a la última en todas las tendencias relacionadas con su ámbito de trabajo, para ser el primero en lanzar la voz de alarma frente a un nuevo tema. El manejo fluido de los Social Media, la capacidad analítica y la facilidad para rastrear todo tipo de contenidos son las tres características principales a desarrollar en esta fase.
- Escribir. Una vez que tenemos toda la información y datos que queremos trabajar, llega la hora de ponerse manos a la obra. Vamos a crear esa pieza o eje central dentro del marketing de contenidos: el contenido. La creatividad es, en esta fase, el gran aliado y el que sabrá marcar las diferencias. Todos podemos teclear letras con nuestros dedos, pero no todos tienen la capacidad y la habilidad para generar textos divertidos, instructivos y que generen interés para ser leídos de principio a fin.
- Estrategia de promoción. Si tenemos un gran contenido pero este no llega a nadie, tendremos un problema. Todos los esfuerzos anteriores no habrán valido para nada. Llega la hora de establecer, en función del tipo de contenido, los canales a través de los cuales conseguiremos promocionar nuestro contenido. Con ello se facilitará el impacto en el público, tanto de forma cuantitativa como cualitativa.
- Con todo lo anterior en la mano, llega la hora de poner una guinda al pastel. Infografías, montajes de imágenes, hilos conductores a través de viñetas, vídeos, etc. que aporte valor y calidad hay que añadirlo en este instante. Hay que ser expertos en diseño y en programación, con altos conocimientos de marketing, para ser capaces de entender y continuar la línea anteriormente trazada. Esto hará que haya nuevo material que enriquezca, impacte y facilite la viralización de la pieza de contenido de valor.